El reto radica en que según todas las predicciones vamos encaminados a una nueva ola de contagios que pudiera ser peor que las anteriores en términos de la cantidad de gente contagiada, mas no en la severidad de la enfermedad. Pero esto es suficiente obstáculo para que las cadenas de suministro sean nuevamente afectadas cuando aún no terminan de normalizarse. Pudiéramos terminar con menos dinero para gastar lo cual contrae la demanda (controla la inflación) pero con menos productos que comprar (menor oferta) lo cual pudiera neutralizar el objetivo.
Este tipo de políticas también tiene efectos colaterales que pueden ser desastrosos para la economía y por ende para la sociedad. Cuando se disminuye la masa monetaria, el dinero se hace mas costoso (tasas de interés aumentan) lo que encarece la adquisición de bienes financiados (casas, carros, etc.) y también el crédito para los negocios, y por ende la demanda de todos estos bienes y servicios. El objetivo final de controlar la inflación puede lograrse, pero a costa del incremento en el desempleo, menos consumo, etc., lo cual si se escapa de control puede causar una recesión importante, tal y como sucedió en el último ejercicio de este tipo que causó la “Gran Depresión de 2008-2010”.
La economía es dinámica como también lo deben ser nuestras estrategias financieras, y por ende nuestros planes deben adaptarse a estas circunstancias. Si quieres consultarnos y revisar tus planes y estrategias
La Reserva Federal anuncia aumento de tasas de interés en medio de una nueva ola de contagios por COVID.