Posibilidades de recesión aumentan, Escasez de alimentos se incrementa, precio de combustibles en alza.
El mundo se encuentra en la coyuntura más complicada de los últimos tiempos. La cadena de eventos de los últimos 30 meses ha afectado a la economía mundial y las soluciones implementadas (necesarias) tienen efectos negativos, creando una incertidumbre sin precedentes en los mercados financieros y en nuestras vidas en general. Los tiempos por venir nos obligan a tomar precauciones. A continuación, analizaremos lo sucedido, sugiriendo que cosas podemos hacer desde el punto de vista personal y empresarial para navegar en aguas turbulentas.
El COVID-19 paralizó a la economía en marzo de 2020, por relativo corto tiempo, pero con consecuencias duraderas. También interrumpió las cadenas de suministro de casi todos los productos y alimentos que consumimos. Los países más fuertes económicamente lanzaron programas de asistencia a la población, y al sector empresarial, que inyectaron trillones de dólares de dinero inorgánico a la economía. La ocurrencia de distintas variantes del virus afectó, el rearranque del aparato productivo, y un mercado laboral que cambió sus paradigmas alimenta la inestabilidad de los pequeños negocios.
El precio del petróleo, aun la fuente de energía mas importante ahora y por las próximas décadas, inicialmente se derrumbó incluso a terrenos negativos; pero ante el incremento de la demanda por el regreso a la nueva normalidad, y una producción que aún no se restablece, ha aumentado sostenidamente alcanzando su nivel mas alto de la década, golpeando nuestros bolsillos y afectando el precio de otros rubros, en especial los alimentos.
La escasez de productos y de algunos alimentos fue notable durante los primeros meses de la pandemia, pero eventos más recientes amenazan con crear una crisis mayor en los próximos 12-24 meses. La inflación, consecuencia de la conjugación de todos los factores mencionados: menor oferta, mayor demanda, políticas monetarias expansivas, etc. se desbordó a niveles no vistos desde la mayor crisis inflacionaria de EE.UU, en la década de los 80.
El gobierno ahora aplica los frenos con políticas monetarias restrictivas: aumento de tasas de interés y disminución progresiva de su participación en los mercados financieros con la idea de disminuir la demanda para bajar la presión a los precios. Pero un poco demasiado de esto puede generar una recesión importante como ha ocurrido en otras ocasiones.
La invasión rusa a Ucrania ha añadido gasolina al fuego. Rusia es el mayor exportador de trigo a nivel mundial y Ucrania es el 5to. Europa depende en gran medida de estos dos países que juntos comercializan el 28% del trigo del mundo, 18% del maíz y 75% del aceite de semillas de girasol. También otros granos y cereales se producen a gran escala en estos países, además de fertilizantes que permiten mejorar la productividad de las cosechas.
Es obvio que la oferta de todos estos productos se verá afectada por los próximos años causando un incremento de sus precios que se traducirá en mayor inflación, a menos que otros productores incrementen producción lo cual no ocurrirá en el corto plazo. Adicionalmente la salida de estos productos de Ucrania se ve afectada por el bloqueo ruso al puerto de Odesa y el minado naval del mar negro por parte de Ucrania para evitar la entrada de los rusos, además de la destrucción de grandes y pequeñas extensiones de tierra productiva y de silos de almacenaje de granos por parte de los rusos en ese pais.
La escasez de alimentos será un factor importante que creará inestabilidad política en países menos favorecidos. Algunos países productores, como India han impuestos una restricción a la importación de trigo, para proteger a su propia población. Algunos predicen una catástrofe alimenticia a nivel mundial.
El mercado bursátil después de haber sido alimentado por dinero inorgánico, y por una fiebre de nuevos jugadores que se fueron de apuestas con dinero ficticio, entró en un periodo de alta volatilidad con caídas y subidas. La bolsa ha tenido la corrección más importante desde 2018. El S&P 500 ha caído en un 16% en lo que va de año. La amenaza de recesión indica que la corrección aún no termina.
¿Que debemos hacer como personas y negocios para navegar la incertidumbre y alcanzar estabilidad en el aspecto financiero?
Lo primero y mas importante es revisar nuestros niveles de deuda variable y reducirla al mínimo, bien sea a través del pago de la misma o del refinanciamiento con deuda fija.
Debemos luego revisar nuestro presupuesto y eliminar gastos superfluos como todas esas compra extras por internet y servicios de suscripción que adquirimos durante la pandemia.
Revisar especialmente los gastos en alimentos y gasolina que son los dos rubros más afectados por la inflación. Evitar movimientos en auto innecesarios, juntar diligencias. En caso de estar en proceso de cambio de auto, pensar en opciones más eficientes como autos híbridos o eléctricos.
En cuanto a los alimentos, debemos de reducir las comidas afuera, buscar opciones más económicas de compra, comprar al mayor, evitar el desperdicio, llevar la comida al trabajo. De poco a poco se ahorra mucho.
Dependiendo de nuestra edad, revisar nuestros planes de retiro. Predecir con precisión lo que sucederá en el mercado bursátil es imposible, pero un escenario es que la corrección continue ante la inminente recesión y que lleguemos incluso a niveles prepandemia, para luego comenzar un nuevo ciclo de crecimiento que pudiera ser mucho mas lento pero duradero en el tiempo. Ante este escenario los más jóvenes pueden esperar, e incluso comprar “barato” pero aquellos con una edad mas cercana al retiro pueden considerar cortar las pérdidas y proteger el dinero que queda trasladándolo a productos de bajo riesgo.
Todas estas decisiones deben de ser analizadas en el marco de nuestra situación fiscal. Cuando tomamos decisiones financieras sin considerar los impuestos podemos estas tomando decisiones que no son óptimas.
Ante todo, es importante siempre trabajar en función del largo plazo, esperando lo mejor, pero estando preparado para lo peor.
A nivel de nuestros negocios debemos también de mirar nuestros gastos y reducir costos
Revisar nuestras proyecciones de ventas, en caso de que pensemos se verán afectadas
Considerar nuevas avenidas de ingresos con base en nuevas necesidades
Revisar nuestra planificación estratégica y si es necesario replantearse proyectos y analizar oportunidades.